









👹 LO GÜERA NO ME QUITA LO RESENTIDA👹 La muerte en occidente no existe, lo que existe es la vida eterna, amén. Nada se pierde, todo se transforma... ¿Existe la nada en la cultura occidental? Si esta conversación la mantuviera con Carlos Peña, él me diría "En primer lugar, resulta necesario que describas cuál es el concepto de cultura occidental que manejas". Y pues honestamente, yo abandonaría la partida en ese preciso instante. No porque no pueda discutir durante una hora con Peña acerca del concepto de cultura occidental; abandonaría por dos razones: por la paja que significa discutir con boomers, y porque ya no piso el palito del juego intelectual de poder. O al menos ya no lo hago gratis. Igual creo pertinente dar ciertas nociones de lo que quiero decir cuando hablo de "cultura occidental": hablo de quien decodifica la realidad bajo anteojos materiales, infravalorando la óptica de toda experiencia que no pueda describirse mediante el lenguaje. Occidental es quien se ríe de los efectos simbólicos de la magia, denominándolo como mero realismomágico. Quien asocia la pobreza con falta de dinero, y a la naturaleza como mero fondo de sus postales de turista. ¿Europa, gringolandia? Si, son representantes oficiales. ¿Las iglesias cristianas? también, fue el puente que nos trajo esa cultura. ¿Y nosotres, les latines? ¿Cuánta es la huella de pinkwashing y de aristohippismo que has dejado en esta tierra? Todes habla(mos) de destruir al capitalismo, pero no les veo deviniendo en nada nuevo que les permita fugar(se) de la República y sus vicios. La fiesta de los muertos en Oaxaca la divido en dos: están las celebraciones en los pueblos, a las afueras de las urbes, y están las celebraciones para turistas. La primera trae a la vida a los guías que nos anteceden, a aquellas ramas del árbol genealógico que nos heredó un saber que va más allá de lo que el lenguaje puede describir. Aquel saber que el intelecto occidental ha descartado, e incluso adjetivado peyorativamente como "magia". La celebración turista está compuesta mayoritariamente por gente gringa y europea de entre 20 y 40 años, que vienen a buscar a latinoamérica la alegría de vivir que en sus tierras desarrolladas e individualistas, ya no encuentran. Vienen a carretiar, a "hacer catarsis", a vomitar aquí lo que no vomitan allá. Su presencia beneficia obviamente al comercio establecido y callejero, y muchxs basan sus economías en estos períodos de alta demanda. ¿Pero a qué costo? El turismo infla los precios locales, pues la ganancia ahora se calcula en dólares o euros. Los neocolonos ya no invaden con plomo; invaden con sus Visas Platinum. Siguen queriendo impregnarse de "la magia" de latinoamérica, pero usando a los latinos morenos como sus sirvientes: son sus garzones en restoranes, los guías en tours, y la gente que limpia su mierda en las hostales. Y pasaron por la fiesta de los muertos sin aprender ni un poquito sobre la muerte, el desapego, el valor del conocimiento acumulado en nuestros genes producto de los seres que nos antecedieron... ¿Por qué no se da el sincretismo entre la cultura-occidental-gringoeuropea y la cultura no-occidental-latinoamericana? Porque en latinoamérica seguimos sosteniendo formas de Estado importadas de Francia y España, olvidando las formas de organización social prehispánicas que aún cohabitan al ladito de los tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial. La costumbre en muchas localidades es fuente formal del derecho, las autoridades políticas viven en los mismos barrios y la ética de la convivencia comunitaria no te exige como requisito el ser anarquista. Es importante ser majaderos con las Formas de Estado que adoptaremos ahora que en Chile estamos intentando reformular nuestras instituciones. Si en esta nueva constitución no se potencia la autonomía de los territorios, priorizando darles el grado de Autonomías Constitucionales a órganos locales como las Juntas de Vecinos, seguiremos a la merced de las políticas públicas centralistas del Estado; Estado que hoy en día vela por mantener los Tratados de Libre Comercio con las naciones vecinas económicamente ricas, como son USA y países europeos, importando mecanismos económicos y políticos que distan mucho de nuestra cultura sociopolítica, porque la verdad, las necesidades de los grupos sociales de Copiapó no son los mismos que los de Punta Arenas, y bajo el actual sistema de organización del Estado, los análisis y diagnósticos que realizan los distintos grupos sociales no tienen eco en los espacios deliberativos, ya que actualmente los procesos de participación ciudadana no son vinculantes, es decir, las conclusiones de las comunidades no tienen por qué ser respetadas por las autoridades del Poder Ejecutivo o Legislativo. ¿Pero quién soy yo para juzgarles moralmente, si yo fui a México como una turista más? Pero algo debo decir en mi favor: no soy niuna malinche. Soy una mestiza, y lo güera no me quita lo resentida.