Nunca comas la comida de un extraño Creo que en estos días ..

Nunca comas la comida de un extraño Creo que en estos días posiblemente por el encierro yo como muchos otros comencé a meditar y a veces a recordar cosas, charlas, las experiencias, mi esposo y yo escuchábamos el canal y de un relato que hablaba de no comer comida de extraños y le hice recordar una experiencia, una historia que le contó su Mamá, esta es la historia que compartió conmigo. Cuando tenía 8 años en una ocasión en que mi madre me llamó mucho la atención la vecina del departamento de enfrente Mari una señora de la edad de mi mamá me había regalado una rebanada de panqué de naranja mi pan favorito pero antes de entrar a la casa lo partí a la mitad un pedazo para mí y otro para mi mamá en cuanto le lleve la mitad en un plato a mi madre me preguntó y eso dónde lo sacaste a lo que respondí que me lo había dado Mari mi mamá me lo arrebató los dos pedazos y los tiró a la basura y claro que yo me enojé le grité que mejor me hubiera comido solo recuerdo la mirada de mi madre enojada pero luego me tomó de los hombros y me contó que hay que tener cuidado con la comida que aceptamos de la gente no importa si es un familiar, un amigo, un vecino porque a veces no te lo dan con las mejores intenciones ella tenía experiencia con este tipo de cosas por algo que le ocurrió a la abuela. Cuando mi mamá era niña la abuela enfermo de repente de mucho dolor de huesos y fiebre un mal que le llegó de repente y aunque iba con los mejores octubre el pueblo no se lo podían curar una prima de la abuela todas las tardes la visitaba para ver cómo estaba siempre llevaba de comer curiosamente solo llevaba una porción nunca llevaba para el abuelo para sus hijos viendo que no sé componía la abuela terminó por ir con la señora santera no creía en esas cosas pero ya estaba desesperada porque cada vez empeoraba mas se sentía muy mal y estaba quedando los huesos y la señora le dijo que una mujer quería quedarse con su marido y por eso le estaba haciendo este mal eres un pajarito le decía que lo alimenta un poco a poco y como pajarito vas a morir si no haces lo que te digo si sospechas de alguien toma 2 alfileres remójalos en agua bendita y sin que la persona se dé cuenta ponlos entre su ropa en forma de cruz cuando esté en tu casa si te está haciendo mal no podrá salir aunque quiera y entonces dile déjame en paz que ya te conozco. La abuelita no podía creer lo que le dijo la señora pero pensó que la única que le daba de comer era su prima, regreso su casa remojo los alfileres y le dijo a mi mamá que cuando llegara la prima ya se metiera jugar debajo de la mesa y que en sus enaguas hiciera una cruz con los alfileres así llegó la tarde y con ella puntualmente la prima que llevaba 2 tamalitos la abuela le dijo que no tenía hambre y mi mamá se metió debajo de la mesa y le puso los alfileres en la falda sin que se diera cuenta. Dice mi mamá que estuvieron platicando buen rato y aunque la prima se despedía no se iba y no se iba y hasta que se hizo de noche la abuela le dijo bueno y que no te piensas ir a tu casa ya es tarde, la prima le dijo es que no puedo no me dejan ir y la abuela se le quedó mirando y le contestó ya sé que tú me estás dando algo la comida te conozco. Así que déjame en paz esas palabras hicieron que su prima se levantará de golpe y saliera corriendo jamás la volvió a ver de nuevo al terminar contarme la historia me dijo mi madre hijo sabías que Mari ya había corrido a los anteriores inquilinos de este departamento siempre se quejaba con todo mundo pero que sean los niños de que el matrimonio hasta que de repente uno de ellos enfermo y sus padres tuvieron que mudarse a otra colonia porque el hospital quedaba muy lejos después llegamos nosotros y no le agrado que tú también vinieras me lo hizo saber de una manera muy cortes y su descontento de que hubiera otro niño pero no le tome importancia hasta que la vecina de abajo me comentó que Mari siempre se quejaba de los niños pero siempre les daba pan y golosinas en envoltura casi diario, hasta que el niño enfermo sabiendo eso nunca volví a tomar comida que me ofrecía Mari y parecía que me conocía porque siempre quería darme golosinas y panes que me gustaban no entiendo como sabía cuáles eran mis gustos pero me resistí hasta que dejó de insistir después de eso no recuerdo mucho solo que un día mi mamá me comentó que María había desaparecido lo que sí recuerdo es que sacaron sus cosas que no eran muchas entre ellas un baúl de madera lleno de velas y de hierbas lo dejaron en la calle ni el camión de la basura se la quiso llevar estuvo ahí mucho tiempo hasta que como Mari un día desapareció.